jueves, 3 de marzo de 2016

Platos Tipicos


La comida francesa es reconocida por su variedad y refinamiento, con lo que actualmente está considerada como una de la más importantes gastronomías del mundo. Sus principales productos son la mantequilla, los quesos, los tomates, las finas hierbas, las carnes de cerdo, las salchichas, etc. y, sobre todo, las hortalizas en general.

Platos principales:

Los platos más tradicionales de Francia suelen incluir queso entre sus ingredientes, debido a la gama de quesos con que cuenta la gastronomía francesa. El pan, la carne de pato o ganso y las cremas o purés suelen estar también presentes en las mesas de la mayoría de casas y restaurantes de Francia. A continuación enumeramos cuáles son los principales platos de este país.

Platos típicos:

  • Aligot
El aligot es una especialidad gastronómica original del macizo de Aubrac que se extendió por las regiones de Lemosín y Auvernia hasta que finalmente se conoce como un plato típico de Francia. Es una especie de puré de patatas muy espeso debido a que está mezclado con queso sin afinar, conocido como tomme fraîche.


Junto con el queso, la pasta de patatas se calienta a fuego suave y es muy importante removerla lentamente para obtener la textura que caracteriza a este plato. Además, de esta manera se consigue que el queso se derrita de manera uniforme, lo que hace que la textura final llegue a ser elástica. Finalmente, se le suele añadir mantequilla, ajo o incluso nata fresca.
Aligot

  • Quenelle

Se trata de un plato francés similar a las salchichas o las albóndigas por su aspecto. Se trata de una pasta de sémola de trigo que se mezcla con harina, huevos y leche para acompañarla finalmente con alguna carne de ave, ternera o pescado. Es una especialidad gastronómica típica de Lyon, donde se hicieron famosas las llamadas quenelles de brochet o quenelles de lucio.
Preparación de las quenelles francesas
Se les da forma de una manera un tanto peculiar, ya que para ello se emplean cucharas soperas o bien se hacen directamente a mano. Tradicionalmente, se cocinan “escaldándolas” en caldo de carne (bouillon) o pescado, a veces incluso de cangrejo.
Una vez hecho esto, se prepara una salsa blanca a base de bechamel, aunque también las hay con salsa de tomate y acompañadas de arroz. Las quenelles se guisan entonces junto con esta salsa, de manera que adquieren el aspecto que puede apreciarse en la imagen. Opcionalmente, se puede añadir un gratinado a base de queso o incluso hay quienes las fríen en aceite de oliva.
Quenelle
Este es sin duda un plato de lo más tradicional y popular, por lo que, como suele ocurrir con este tipo de comidas, la receta puede variar de una familia a otra. No obstante, el ingrediente fundamental son las alubias blancas, cocidas junto con trozos de carne y diferentes embutidos (costilla de cerdo, tocino, corteza de tocino, pato confitado, salchichas de Toulouse, etc.).
Preparar este plato no es una tarea rápida, ya que previamente deben ponerse a remojo las alubias ya sea el día anterior o, como mínimo, unas horas antes. Después, las alubias se cuecen a fuego lento junto con el resto de ingredientes, entre los que no suelen faltar tomates, cebollas, ajo, zanahorias y hierbas provenzales variadas. Además, la manera más tradicional de cocinarlo es en una cazuela de barro o cassole, de ahí su nombre.



  • Fondue de queso

La fondue de queso es una especie de crema que se puede tomar bien como acompañante de otros ingredientes o bien mojando trozos de pan en él. En realidad, es un plato originario de Suiza, concretamente de la frontera franco-suiza, alrededor de Jura y los Alpes.
Los quesos típicos que se suelen emplear para la preparación de la fondue son dos: por un lado, el queso gruyère y, por otro, el queso emmental. Éstos se aplican a partes iguales, de manera que el sabor resultante es una mezcla de ambos. No obstante, existen varias clases de fondue de queso según la región en la que se prepare. Así, otros tipos de queso empleados son: vacherin, sbrinz, gruyère de saboya, beaufort y comté.
La receta original es de queso, pero con los años han ido surgiendo multitud de variantes, entre ellas la de chocolate, que se toma como postre. La forma de tomarlo consiste en hundir un tenedor o un pincho pequeño dentro de la olla que contiene el queso derretido muy caliente.
Todos los comensales de la mesa van mojando en ella, por lo que la cazuela es común a todos los comensales. Este plato es altamente calorífico. Si quieres aprender a cocinar una verdadera fondue de queso, te recomendamos echar un vistazo al siguiente vídeo:




  • Ratatouille

Elaborado con diversas hortalizas, es un plato natural de Niza y la región de Provenza, al sureste de Francia. En realidad, es una comida vegetariana y el nombre se desprende del verbo touiller que significa remover. La idea de su elaboración es poner a freír en aceite de oliva cada uno de los vegetales, para luego cocinarlos todos juntos. Es un plato muy popular en toda la Europa mediterránea.
Para la elaboración de este popular plato francés, se realiza un guiso a base de ajo, pimientos, ajo, calabacín, cebollas y berenjenas, de los que se obtienen los diversos colores que caracterizan este rico plato, tal y como puede observarse en la imagen que se muestra más abajo. Por supuesto, no puede faltar el aceite de oliva. Finalmente, es decir, una vez cocinadas todas las hortalizas, se añaden especias variadas, entre ellas tomillo, laurel, albahaca y orégano.
Ratatouille

  • Coq au vin

El coq au vin, literalmente gallo al vino, es quizá el plato más famoso de la cocina occitana, el cual se ha nacionalizado como plato típico de Francia. En el sur de Francia, se utiliza carne de pato u oca, mientras que en el norte de Occitania pueden emplearse otros tipos de carnes tales como el buey.



Cuenta la leyenda que la receta original de este exquisito plato se debe a un chef de Julio César, el famoso emperador de la República romana. De acuerdo con la historia, este cocinero inventó este plato en su afán por concederle un homenaje a su emperador tras la conquista de la Galia. No obstante, muchas son las regiones de Francia que se disputan la invención de este plato, ya que en realidad su origen es incierto hasta la fecha.
Tal y como su propio nombre indica, para su preparación se debe añadir una generosa cantidad de vino, generalmente vino tinto, aunque en algunas variantes se emplea vino blanco. Además, es fundamental añadirle alguna hortaliza como la cebolla o el nabo para potenciar su sabor. En algunas zonas se le añaden también setas, habitualmente colmenillas (también llamadas cagarrias, morillas o múrgoles.
Colmenillas, cagarrias o múrgoles

  • Salade niçoise

Traducida al español como ensalada nizarda, se trata de un plato originario de la región de Niza, aunque hoy en día ha adquirido especial popularidad en la región Cote D’Azur. Llama la atención su aspecto por los colores vivos que se consiguen gracias a una variedad de ingredientes: tomates, huevos duros, judías, lechuga, patata cocida, pepinos, cebollas, atún, aceitunas negras, anchoas… Todo ello se adereza con la popular salsa vinagreta de Dijon.
La receta tradicional es la que se popularizó a partir de 1880 en la Región de Montpellier, según la cual esta salade debe prepararse en un plato llano, sobre el que se posa una “cama” de verduras variadas, entre las que se encuentran las mencionadas anteriormente. Cabe mencionar, no obstante, que la versión original de esta ensalada no incluía ni pimientos rojos ni cebolla ni patata, sino que se empleaban corazones de alcachofa en su lugar.
Salade Niçoise o ensalada nizarda







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